Decisión, cuerpo del relato.
Y el resto de los finales aquí:
Primer final
Segundo final
Tercer final
Y ahora, sin más preámbulos (que ya has esperado demasiado), te dejo con el tercer final. Agradeceré tus comentarios y preferencias, son las que nos hacen crecer y evolucionar como escritores. Un saludo.
Mayte se revuelve incómoda. El pequeño espacio entre los asientos no le permite estirar las piernas y se despierta entumecido. Debe ser media noche, piensa mientras recorre la cabina con su mirada, apenas sin iluminación, una monótona escala de grises. Observa a su marido Justo, unas filas por delante, durmiendo plácidamente al lado de sus hijos, como el resto de los pasajeros, a excepción del que se sienta a su lado, un tipo moreno, alto y delgado, con un fino bigote que le recuerda a los gondoleros venecianos que han visto en su ya casi finalizado viaje. Hay algo que no le gusta en su aspecto, aunque no sabe lo que es. Empieza a moverse nerviosamente cuando el tipo del bigote sonríe y dice:
−Buenas noches, Mayte. Disculpa que te moleste, pero tienes que tomar una decisión.
Este tercer final surge de la conversación con un amigo y lector cero. Propone una variante al "día de la marmota", en la que ésta vez es la mujer quien repite el ciclo. Es una alternativa interesante, ¿qué opinas tú?
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