jueves, 1 de agosto de 2019

Soledad


Llevaba días solo en aquella isla. Una vez recuperado del accidente, la exploró a conciencia y constató su absoluta soledad. También encontró un manantial de agua clara y fresca, árboles de los que podía aprovechar la madera y frutos de varios tipos con los que alimentarse.

Era el tercer día cuando las olas acercaron una maleta a la playa. Exploró con ansia su contenido y su mirada se clavó sobre un teléfono móvil, que cogió con los ojos muy abiertos solo para constatar que allí no había cobertura. Rebuscó y cogió papel y algo para escribir… ¡Y qué oportuno! ¡Una botella de ron!
Disfrutó del contenido de la botella mientras escribía a la luz de la luna bajo un cielo increíblemente estrellado, acompañado por el rumor de las olas rompiendo en la playa.
Por la mañana, introdujo la nota en la botella y cogió impulso con el brazo hacia atrás para lanzarla al mar lo más lejos posible. Pero se detuvo.

1 comentario:

  1. La verdad es que a veces apetecería perderse allí una temporada (siempre que no haya nativos o depredadores en esa isla, claro).

    ResponderEliminar

Tu opinión es muy valiosa para un escritor novel, gracias por compartirla.